El recién nombrado marqués de Hadlow pensaba que la campaña contra Napoleón era arriesgada, pero nada podía prepararlo para la avalancha de debutantes que llegaban a su puerta, con el matrimonio en la cabeza.
Completamente desprevenido para esta nueva y peligrosa misión de encontrar una novia bien dotada, intercambia lugares con el leal criado de su familia. De esa forma, podrá observar de forma segura a las invitadas desde la distancia.
Es el plan perfecto.
La heredera Amelia Collingwood está en una campaña propia.
Encantada de asistir a la primera fiesta en su casa, busca el consejo del mayordomo para ganarse el favor del marqués.
El problema es que el mayordomo es tan tentador que a Amelia le cuesta mantener los ojos en el premio.